En el mundo digital actual, proteger la privacidad de nuestros datos es una preocupación
creciente. Debido a la cantidad de información que compartimos en línea, es extremadamente
importante mantener nuestros datos seguros. Ahí es donde entra el edge computing, una
tecnología que te permite procesar y analizar datos en el dispositivo donde se recopilan,
en lugar de enviarlos a la nube.
Al procesar los datos localmente, la computación perimetral
reduce la latencia y mejora la capacidad de respuesta. Además, manteniendo los datos en el dispositivo reducen el riesgo de que los
datos sean interceptados o pirateados al transferirlos a la nube. Otra ventaja de
la computación perimetral es su capacidad para operar en entornos con pocas conexiones.
El procesamiento de datos localmente reduce la necesidad de una conexión constante a
Internet, lo que es especialmente útil en áreas remotas o áreas con una infraestructura
de red deficiente. Al no depender completamente de la nube, la computación perimetral
puede continuar funcionando incluso cuando se pierde la conexión a Internet.
Sin embargo, esta no es una solución perfecta para todos los escenarios y, en algunos casos,
puede ser más eficiente enviar datos a la nube para su procesamiento, especialmente si el
procesamiento requiere grandes cantidades de datos.
Cambiar la forma en que procesamos y analizamos los datos al habilitar el procesamiento
local, reduce la latencia, aumenta la privacidad y la seguridad, y funciona bien en entornos
con poca conectividad. Sin embargo, es importante recordar que esta no es una solución
perfecta para todas las aplicaciones y que la implementación puede requerir una inversión
adicional.